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Fuente. LA RAZON - Marta Palacio - 25 de marzo de 2017


Nacho Murgui lleva toda la vida fiel a un único carné, el de activista. En el apartado de experiencia laboral de su currículum puede leerse: dinamizador vecinal, editor, librero, cantante, monitor y desde junio de 2015, segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento de Madrid, donde se mantiene como independiente dentro de las corrientes y formaciones que se disputan el control del partido que encabeza, aunque no siempre lidera, Manuela Carmena.

Murgui dio con Ahora Madrid el salto a la primera línea de la política. Después de más de una década detrás de pancartas vecinales como presidente de la Federación Regional de las Asociaciones de Vecinos de Madrid (Framv), Murgui se sentó en un despacho y pisó moqueta en 2015. Durante estos casi dos años, se ha mantenido en un discreto segundo plano frente a muchos otros ediles del Gobierno municipal que se disputan las hojas de periódicos y minutos de televisión. Pero esta semana, quizás sin quererlo, ha sido el protagonista silencioso. Y lo ha sido a cuenta de los parquímetros y de su mencionado pasado enraizado en los movimientos vecinales. Y es que, aunque sigue estando ligado a su pasado por su vinculación con las necesidades de los distritos y barrios de la ciudad debido a su cargo de concejal delegado de Coordinación Territorial y Asociaciones, Murgui ya no defiende para ellos lo que reclamaba hace diez años cuando pertenecía a la combativa Framv. Ahora, Murgui se ha visto obligado a entonar el donde dije digo, digo Diego a cuenta de los parquímetros.

Sabido es que un vistazo a la hemeroteca de los diarios pondría a más de un político colorado. Esto es lo que está sufriendo Murgui desde que la semana pasada cuando la alcaldesa y su compañera en Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, presentaron el Plan A de Calidad del Aire que penalizará a los vecinos que tengan coches antiguos, aumenta hasta en un 50% la tarifa de los vehículos más contaminantes, y contempla la ampliación del horario de pago nocturno, reducirá hasta casi hacer desaparecer las plazas azules y lo que es más llamativo en un gobierno al que pertenece Murgui: ampliará el estacionamiento de pago para los vecinos no residentes en determinados barrios situados fuera de la M-30. Lejos parecen quedar ya los objetivos que se puso cuando se convirtió en presidente de la Framv, como quedó reflejado en una entrevista en el diario 20Minutos: "Como Fravm debemos movilizarnos por lo que importa. Seguiremos movilizándonos contra los parquímetros", declaró en 2007.

¿Alguien ha oído esta semana a Murgui alzar la voz para discutir la ampliación en horarios, tarifa y extensión del SER que planea Carmena? No. El segundo teniente de alcalde, el mismo que lideró la lucha contra los parquímetros que Alberto Ruiz-Gallardón quiso extender fuera de la almendra central en 2006 y que debido al combativo rechazo que suscitó en algunos barrios tuvo que dar marcha atrás, no ha mostrado objeción alguna diez años después. Al contrario, ayer mismo, defendió en el III Encuentro Europeo de las Asociaciones de Vecinos una de las nuevas medidas que Carmena aplicará en los parquímetros: la sustitución de plazas azules por plazas verdes en el centro de la ciudad, una medida que provocará que todo aquel que no sea residente tenga que pagar más por aparcar su coche: Este tipo de medidas son positivas, ya que fomentan la salud de los vecinos y el cuidado y la seguridad medioambiental.



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